João Baptista da Silva Leitão de Almeida Garrett, más tarde primer vizconde de Almeida Garrett, fue un escritor y dramaturgo romántico portugués, orador, par, ministro y secretario de Estado honorario. Gran impulsor del teatro en Portugal, una de las máximas figuras del romanticismo portugués, fue él quien propuso la construcción del Teatro Nacional de D. Maria II y la creación del Conservatorio de Arte Dramático.
Viagens na Minha Terra parte de un hecho real, el viaje que hizo Almeida Garrett desde Lisboa a Santarém, y sus divagaciones que transitan por el drama amoroso que gira en torno a Carlos y Joaninha, los dos nietos de D. Francisca que se reencuentran durante la guerra civil guerra. La niña vive sola con su abuela, pero todas las semanas reciben la visita de Fray Dinis que les trae noticias de Carlos, quien, después de mucho tiempo en Inglaterra, está en la ciudad tomando una posición liberal junto a D. Pedro. Herido durante una batalla, Carlos se hospeda cerca de la casa de su abuela, por lo que Joaninha lo visita para tratar su enfermedad. Entre los dos nace un candente romance, pero Carlos, en secreto, se siente dividido, pues tiene esposa en Inglaterra.
Frei Luís de Sousa escapa al carácter ineluctable del tiempo. Le consagra, por tanto, en el podio de los grandes clásicos portugueses. Es una obra maestra del teatro romántico. Incluso Alexandre Herculano, presente en la primera representación, en 1843, aplaudió. Garrett luchó por los ideales de libertad, denuncia y tiranía social. Y define el drama como la expresión literaria y artística más auténtica de la civilización del siglo. Y esta es la tragedia del destino: el drama. El argumento de la obra parece estar inspirado en la vida del propio escritor, pero la acción se desarrolla a finales del siglo XVI, en el contexto de la resistencia al dominio filipino y de la figura de Fray Luís de Sousa, nombre adoptado por Manuel de Sousa Coutinho. Escuchemos las voces de Madalena, una mujer atormentada por el pasado, de su hija María, la niña prodigio, de su segundo marido, Manuel de Sousa Coutinho, el noble patriota que incendió su propio palacio, de Telmo País, el fiel escudero sebastianista. Y, finalmente, el Romeiro, ese fantasma que, trágicamente, amenaza la felicidad del hogar. Un vacío, un eco en ese «Nadie», que quedará para la historia y la cultura portuguesas.
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